UN FINAL DE MIEDO



SE ACERCA EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS: 
HALLOWEEN O SAMAÍN

He aquí el reto... 
un final original para el cuento que os presento a continuación

Algunos alumnos de 1º ESO se ha atrevido
y en un par de días podremos ver el resultado


EL HOMBRE SIN CABEZA



El hombre, el escritor, solía trabajar hasta muy avanzada la noche. Inmerso en el clima inquietante de sus propias fantasías, escribía cuentos de terror. La vieja casona de aspecto fantasmal en la que vivía le inspiraba aquellas historias.

El cuento que intentaba crear Luis Lotman, que así se llamaba el escritor, trataba sobre un muerto que después de muchos años regresaba a la antigua casa en la que había vivido y donde lo habían asesinado para vengarse de quien lo había matado. Pero quien lo había matado también estaba muerto ¿Cómo podía vengarse de quién también estaba muerto? El muerto del cuento se iba a vengar de un descendiente de su asesino. 

Para dotar al cuento de detalles realistas, al escritor se le ocurrió describir su propia casa. Tomó un cuaderno, apagó las luces y recorrió el caserón llevando unas velas encendidas. 

La casa del escritor era un antiquísimo caserón heredado de un tío –hermano de su padre– muerto de un modo macabro hacía muchos años. El cuerpo había sido encontrado en el sótano, sin la cabeza. 

A la luz vacilante de las velas, Lotman fue recorriendo las salas de la vieja casona, haciendo una alto de vez en cuando para anotar en su cuaderno alguna idea que pudiera servirle para su cuento. Al cabo de un rato, decidió volver al acogedor estudio donde escribía. Se sentó ante el ordenador y escribió el cuento de un tirón: un muerto sin cabeza salía del cementerio para asesinar, cortándole la cabeza al hijo de quien había sido su asesino, su propio hermano.

Cuando el escritor puso el punto final a su cuento, cerró los ojos. De pronto tuvo un extraño presentimiento... estaba seguro de que había alguien detrás de él. 

Cobardía o desesperación, no se animaba a abrir los ojos y volverse para mirar. Por otro lado, no necesitaba darse vuelta: delante tenía la ventana y ese vidrio que funcionaba como espejo. Pensó, con terror, que, si había alguien detrás de él, lo vería de inmediato.

Cuando al fin miró, en cierta forma vio lo que esperaba, aunque hubo un instante durante el cual se dijo que no podía ser cierto. Sin embargo era indiscutible: “eso” que estaba reflejado en el vidrio de la ventana, lo que estaba detrás de él, era un hombre sin cabeza, y lo que tenía en la mano era un largo y filoso cuchillo.

(Ricardo Mariño: El hombre sin cabeza y otros cuentos (Adaptación)

Cuando lo vio, el escritor se transformó en mosca, salió por la venta y así se salvó de morir aquella noche. 
(Marcelo, 1º B)

Y el asesino al verse en la ventana, así de ensangrentado y sin cabeza, se desmayó con el cuchillo en la mano. Entonces su sobrino tuvo la oportunidad de clavarle el cuchillo. Fue así como acabó verdaderamente muerto el hombre sin cabeza. 

(Sheila, 1º ESO B).

Entonces el hombre, cuando lo vio, empezó a gritar, pero aquel le dijo: "Tranquilo, que solo vengo a ver si tenías manzanas porque a mí se me acabaron y, claro, estoy sin merendar... " Entonces el hombre le dijo que, por por supuesto, que incluso se podía quedar a tomar un té con él. Y los dos estuvieron tomando el té con galletas, tranquilos y felices.

(Andrea Prieto, 1º ESO B)






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